La nutrición puede impactar en la formación de cataratas y en la degeneración macular relacionada con la edad, dos causas frecuentes de pérdida de visión. La dieta cumple un rol importante debido a que una vez diagnosticadas, el tratamiento puede ser limitado.
Las cataratas se desarrollan cuando las proteínas de la lente natural, conocida como cristalino, se dañan y producen su opacidad. En gran parte, el deterioro se da por la radiación ultravioleta. La vitamina E -y también la C, según ciertos estudios- es un posible protector.
La maculopatía se caracteriza por la afección de la parte central de la visión, un área de la retina conocida como mácula. Los pacientes que la padecen tienen dificultad con la visión de detalle.
Las concentraciones de vitamina E han demostrado ser protectoras contra la maculopatía. Algunos investigadores también encontraron beneficios en aumentar los niveles en sangre de dos pigmentos provenientes de plantas: luteína y zeaxantina.
Se recomienda ingerir 5 porciones de fruta y vegetales diarios.
Los ácidos Omega-3 como el docosahexaenoico son esenciales para el desarrollo del cerebro y del ojo. Están en pescados como caballa, atún y salmón.
Vitaminas A, C, y E: poseen propiedades antioxidantes, han sido asociadas con múltiples condiciones oculares en diversas investigaciones. Se encuentran en naranjas, kiwis, damascos secos, vegetales de hoja verde, tomates, morrones, zanahorias y espinacas. También, en nueces, semillas, productos lácteos y huevos.
Zinc: tiene un rol importante en el funcionamiento normal de una proteína que utilizan las células de la retina encargadas de codificar la imagen. Presente en alimentos con alto contenido proteico como carne, cerdo y cereales integrales.
Antioxidantes: la luteína y la zeaxantina pueden contribuir a la salud ocular. Están en vegetales y frutas. La luteína, en pimientos amarillos, mango, arándanos, kale, espinaca, brócoli y acelga, mientras que la zeaxantina, en pimientos dulces, naranjas, choclo, lechuga, espinaca, mandarinas, naranjas y huevos.